El torreón de las
Cabras, uno de los elementos de la fortificación melillense más antiguos, y
aparentemente más sólidos, formo parte
de la muralla primitiva, ejecutada en el siglo XVI, y ha mostrado señales de
deterioro en diversas épocas, pues ya el ingeniero Cavallero, en un
reconocimiento efectuado y descrito en 1773, decía “estar cuarteado en varios
parages”. En 1881, Roca, ingeniero militar, efectuó una importante reparación
del mismo al presentar muy mal estado de conservación, por efecto del abandono
en que se tuvo toda la fortificación durante la mayor parte del siglo XIX.
En marzo de 1917,
tras los duros temporales de aquel invierno, se pudo comprobar que el torreón
presentaba una gran grieta que, partiendo de la caseta del reflector, bajaba
hasta el segundo cuerpo. No puedo asegurar de que si se le dio o no la
importancia debida al deterioro observado; es posible que el reconocimiento facultativo llegara a la
conclusión de que no corría peligro la estabilidad uno de los más importantes elementos
de la fortificación. En 1923 se construyó un kiosko sobre el torreón y en
1925 fue almenado para darle algo más de
altura.
Pero el 31 de
diciembre de 1926 ocurrió lo inesperado: el torreón se hundió.
Se dijo, como causa
posible, que el lecho sobre el que se asentaba el muro de sostenimiento había
cedido, a lo que habría contribuido
algunos movimientos sísmicos ocurridos recientemente y los fuertes
temporales del invierno. Causa lejana: la vejez. Causa probable: la grieta
mencionada anteriormente. El torreón, dividido en dos grandes mitades, como
puede verse en la fotografía, cayó, sepultando dos modestas viviendas que se
hallaban en la plazoleta inmediata a su base. En una de ellas vivía el
guardamuelles del servicio de Aforos Rafael Galán Puertas, con su mujer y un
hijo. En la otra el sargento calafate de la Compañía de Mar Francisco Alba, con
mujer y varios hijos, su padre José Alba, antiguo calafate, y una hermana. En un rincón de la plazoleta
se hallaba el almacén del servicio de Transportes de Intendencia, con seis soldados de servicio. Murieron los soldados
Rafael Mendía, de Cazadores de África 17, José Ruiz García, del Regimiento de
África, y José Brull, de Intendencia;
José Alba y su hija Dolores, y
Rafael Galán, por hallarse ausentes los demás.
Foto01. Hundimiento del torreón de las Cabras (31-12-1926).
Foto02. Hundimiento del torreón de las Cabras (31-12-1926).
Foto03. Hundimiento del torreón de las Cabras (31-12-1926).
Como el resto del
torreón amenazara ruina, se terminó de demoler en abril de 1929.
Las consecuencias del
desplome las han visto varias generaciones.
En enero de 1967,
treinta años más tarde, el Ministerio de Educación y Ciencia aprobaba el
proyecto de reconstrucción del torreón de las Cabras, con un presupuesto de
cerca del millón de pesetas a realizar y costear por la Dirección General de
Bellas Artes.
Como
se ha expresado más arriba el
torreón reconstruido fue un
volumen cilíndrico levantado en 1973, sobre la traza del primitivo, construido de
hormigón armado con un
revestimiento de mampostería
ordinaria de piedra arenisca aplacada.
Foto01. Levantado del torreón de las Cabras (1973).
Foto02. Levantado del torreón de las Cabras (1973).
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